El amor NO lo justifica todo

El amor no puede atentar contra tus principios o derechos como persona, impedirte autorrealizarte o rebajar tu sentido de valía. Si amar implica aniquilar la propia autoestima es mejor la soledad.

El amor es el resultado del conjunto de 3 factores: el Eros (placer o deseo, enamoramiento), la Philia o amistad (congruencia racional con el otro) y el Ágape (ternura, cuidados). Emoción, razón y conducta.

El amor no es sufrimiento, no es miedo, no es depresión, no es violación de los derechos, no coarta la libertad. Lo que va en contra de la vida, de su calidad, es represivo, lo que favorece el crecimiento personal, es progresivo.

Si la “prueba de amor” consiste en renunciar a mi autorrealización, ese amor no me sirve. “Te dejo, aunque te ame, no le vienes bien a mi vida”.

La única certeza que puedes exigir de una relación es que nunca te harán daño intencionalmente.

Los principios no pueden ser negociados, aunque sea en nombre del amor.

Estar comprometido significa que haré todo lo posible para que esta relación funcione, pero no por un deber asumido, sino porque quiero que sea así, porque nace de mí.

Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Artículo 3: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. No admitas la más mínima agresión física o psicológica.

Artículo 12: Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en la vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o reputación. Tienes derecho a la intimidad y a que no invadan tu privacidad.