Areas problemáticas en las familias reconstituídas

James Bray

1. La preparación para volver a casarse
La pareja debería acordar dónde va a ir a vivir y cómo va a compartir los gastos. Lo más recomendable es irse a vivir en otra casa en lugar de la de uno de los componentes de la pareja ya que así todos se sentirán en su propia casa. También es más conveniente utilizar un fondo común que mantener presupuestos separados.
Por otra parte pueden surgir conflictos derivados de los resentimientos y heridas provenientes de la anterior familia tanto en los hijos como en los adultos. En el niño, el hecho de saber que uno de los padres se va a volver a casar puede hacer que este se haga a la idea de que no va a ocurrir una futura reconciliación entre sus padres. También las ex – parejas pueden mostrar reacciones emocionales al saber que su ex – cónyuge va a volver a casarse.

2. La relación de pareja.
Al principio de la convivencia la nueva pareja suele verse absorbida por las demandas de los hijos. Estos pueden mostrar sentimientos de abandono o competitividad por la dedicación de tiempo y energía del padre a la nueva pareja. Las expresiones de afectividad y sexualidad del padre/madre pueden perturbar a los hijos adolescentes. La recomendación es que la pareja se tome su tiempo para construir un fuerte vínculo entre ellos dos, lo cual va a ser beneficioso para los hijos al crear un entorno familiar estable. La pareja debería ser prioritaria. Para eso es conveniente hacer pequeñas escapadas sin hijos.

3. La paternidad en el seno de la familiastra.
Según la investigación del psicólogo, este puede ser el gran reto, la tarea más difícil. Es más fácil formar una familia con niños pequeños que con adolescentes. Las fuerzas centrípetas de la formación de la familia coinciden con la necesidad de compromiso afectivo y estructura que tiene el niño pequeño. Por su parte el adolescente anhela separarse de la familia para formar su identidad propia.
La necesidad evolutiva del adolescente está en franca oposición a la exigencia de conexión de la nueva familia.
La sugerencia es que el padrastro/madrastra establezca al principio una relación de amigo/a o consejero/a y no de educador.
Es indicado que la pareja decida que el padre biológico sea el responsable del control y la disciplina hasta que el padrastro/madrastra haya formado un vínculo sólido con los hijastros.

4. La relación padrastros/hijastros.
Aunque la tendencia es a querer “ganarse” al hijastro rápidamente, es imprescindible tener en cuenta el género y el estado emocional de este previamente. Al principio los niños suelen preferir que el contacto afectivo se limite a lo verbal. Es preferible hacer elogios que abrazarlos o besarlos. 
Los niños suelen aceptar mejor a los padrastros que las niñas. No hay que olvidar que estos están sometidos a verdaderos conflictos de lealtad con relación a sus padres biológicos. La recomendación es ir despacio.

5. La paternidad lejos de los hijos.
Se ha observado que los padres que se vuelven a casar visitan mucho menos a sus hijos durante el primer año. Para que estos se adapten mejor a la nueva vida es aconsejable que padres e hijos realicen actividades sin el resto de la familia.
Es muy importante abstenerse de criticar a los ex esposos ante los hijos ya que esto contribuye a que estos mantengan una postura de oposición al defender a su padre/madre.